The boat that rocked

Es casi siempre el pasado, santo y seña de nuestro más reciente presente, y sin duda nuestra carta de presentación a la postre. Pero no siempre calibra con acierto lo que puede ser un brillante futuro en ciernes. Y es que tras los pasos de Cuatro bodas y un funeral, Nothing Hill y Love Actually, Richard Curtis ha girado 180 grados sobre su propia trayectoria para demostrar, primero a si mismo, después al resto de mortales, que desde la proa se consiguen divisar otros horizontes.
Horizontes vestidos con rombos y pantalones acampanados y calzados de charol con los que abordar el mejor rock británico, el que marcaría un antes y un después, la clandestinidad, el desafío constante. Son los años 60.

De la mano del mejor Philip Seymour Hoffman desde la espléndida "Hapiness", descubrimos desde una perspectiva desconocida para la gran mayoría, lo que fue para muchos el encuentro con sus más viscerales pasiones a través de las ondas. Una canción para cada momento y tras ella, un momento que debiera ser musicado. Siempre acompañados de las más escatológicas situaciones que se hayan filmado en tiempo. Funambulistas acompasados (y trasnochados) nos harán reír a ratos, y a ratos soñar con el esplendor de otras épocas. Y ninguno tiene desperdicio.

Otro giro de tuerca más, esta vez no tan acertado, hace del final un vestigio de lo que fue y esa pena es, por momentos, difícil de perdonar. Pero aprueba, esta vez sí, Curtis con una apuesta cuanto menos arriesgada y siempre original, a pesar de los pesares.

Habrá por tanto que estar atentos a los derroteros que tome el director en su nuevas cintas. De momento, esta mal traducida "Radio encubierta" despertará la añoranza de quienes por mil noches trasnocharon por escuchar los ritmos locos, y llenará de desazón las vivas almas de quienes viven en la creencia de que cualquier tiempo pasado sonó mejor.

Larga vida al rock and roll.

Página web oficial:
http://www.theboatthatrocked.co.uk/site/index.html