Dir. David Trueba


Decía el bueno de David Trueba en una entrevista que le hicieron en radio nacional, que los hospitales son uno de los poquitos sitios en los que aún se respira esa "democracia" de la que tan a menudo hacemos gala y según cuando nos convenga. Y lo dice a cuento de que, ya sólo en las salas de espera de nuestras consultas y en las urgencias de nuestros hospitales, independientemente del estrato social al que pertenezcamos, todos somos tratados de igual manera.

 

Si algún día eso dejase de ser así, si al levantar la vista sólo viésemos gente de nuestra misma calaña, el peso de la vergüenza nos convertiría en seres ya sólo decadentes.

 

Y es que es un gustazo escuchar hablar a Trueba, leer lo que escribe y hasta ver cómo los actores a los que dirige representan tan afinadamente lo que él piensa y que los demás soñamos.

 

Porque lo que cuenta, independientemente de cual sea el medio en que lo haga, tiene siempre tintes de cercanía, de cotidianeidad, afinidad, de semejanza con lo que a menudo a todos nos ocurre, no de pascuas a ramos, no sólo a quien apuesta a caballo ganador, a todos y a cada uno de nosotros.

 

Habla de cómo la gente se enamora, de cómo ese amor a veces termina por violentarnos, de los precipicios a los que nos enfrentamos, de los clavos a los que nos aferramos, de las sonrisas que despreciamos y los festines de besos con los que soñamos. Y todo es tan real que nos agita y descerraja.

 

Y es algo que también ocurre, como no podía ser de otra manera, en su última y arriesgadísima película, Madrid 1987.

 

Cuenta en ella la historia de Miguel y Ángela, un consagrado articulista que atesora fama y parabienes y una estudiante de periodismo con dotes y más que buenas artes. Lo que resulta de su encuentro nada tiene que ver con el conflicto generacional que pudiera existir entre ellos, sino que se enmarca más bien en lo que cada uno quiere decir al otro y lo que ansía saber de él.

 

Es una película redonda, intimista, que da en el pleno de la insolencia, del arrojo ante su mirada, de la desventura del roce tardío. Y es que sus diálogos son (¿sólo?) eso, por suerte, pero su poso es mucho mucho más.

 

Un gran acierto de película..

 

Página web oficial

www.alfapictures.com/Alfa/madrid-1987.html