No es sencillo asimilar la trágica pérdida de un ser querido con serenidad y certidumbre. Cuando en nuestra vida irrumpe un hecho de tanto calado emocional como la muerte de un ser cercano, una parte importante de nosotros reclama para sí ese luto, aún a sabiendas de que jamás se repondrá.

Sabemos que, a partir de ese momento, no existirá camino ni se hará al andar.

Cuando lo que se viene abajo con el fallecimiento de esa otra persona son años de lealtad y complicidad, el recuerdo se hace ingobernable y el raciocinio no tiene cabida ahí donde la desesperanza se hace fuerte. Son momentos jodidos.

Pues bien, esos momentos son los que rueda dulcemente el, además de director de cine, diseñador de moda Tom Ford.

"A single man" cuenta la historia de un profesor universitario homosexual que debe reponerse a la ausencia de su más que venerado compañero sentimental.
En ese camino, George Falcone (Colin Firth) tratará de reencontrarse consigo mismo y de luchar por la supervivencia en ese mundo tan hostil. Le otorga en este caso la réplica perfecta su amiga Charley (la espléndida Julianne Moore), quien siguiendo esa misma senda, no vislumbra para si un futuro mucho mejor.

Estamos ante una película lineal, en la que no tienen cabida ni el exceso por el exceso ni la complacencia hacia el espectador, y es ahí donde radica gran parte de su encanto. Se rueda la desesperanza cotidiana con tanto acierto que apenas deja lugar al optimismo, y eso, aunque pudiera parecer incompresible, es de agradecer.

Ojalá todos los diseñadores fueran tan buenos directores.

 

Página web oficial:

 

http://www.asingleman-movie.com/