(El erizo)

Dir. Mona Achache

 

Si parásemos un instante nuestra diatriba diaria, si detuviésemos el frenesí que alborota nuestras vidas y observásemos con cierta distancia a la gente con la que día tras día tratamos, si un día nos levantásemos concienciados con la necesidad de tomarnos ese respiro vital, seguramente descubriríamos todo un universo paralelo que imantaría en adelante con certeza nuestros actos.

 

Estoy hablando de escuchar en lugar de hablar, de mirar sin ser visto, de cuestionar a quien siempre cuestiona, de no adular más a quien se siente ya vanagloriado.

 

Son pocas las veces en las que con rotundidad podríamos afirmar conocer a alguien, siquiera en pequeñas dosis. Nos debiera temblar la voz incluso si semejante afirmación aludiera a un ser cercano, próximo a nosotros, del que fuéramos confidentes de sus miserias y al que también nosotros confesáramos nuestras más bajas pasiones.

 

Incluso en ese caso, deberíamos optar por mostraros cautos.

 

Pues bien, esa cautela es la que rueda la directora francesa Mona Achache con suma dulzura en cada uno de sus planos.

 

Cuenta la historia de personas incomprendidas, de gente no alineada con la rectitud que la más neurótica burguesía parisina exige, ni con sus dimes ni con sus diretes.

Los tres, una inteligente niña de once años, un enigmático japonés y la portera del edificio en el que todos viven, encuentran la magia de la afinidad en el rellano que comparten.

 

Y es entonces cuando el mundo gira a alrededor.

 

Esta adaptación del libro “la elegancia del erizo” (Muriel Barbery, editorial Seix-Barral) se queda a las puertas de alcanzar el éxito que la edición impresa tuvo, pero si alcanza a transigir la placidez que el libro contagiaba.

 

Los aplausos que se escucharon tras su proyección en el pasado festival de cine de Valladolid quizá hayan perdido algo de intensidad, pero siguen escuchándose a las leguas.

 

Página web oficial:

http://www.leherisson-lefilm.com/