Dir. Lisa Cholodenco

 

Desde hace unos cuantos meses vengo observando a la salida del trabajo y desde bastantes  kilómetros de distancia el parpadeo de una enorme luz verde que alguien, a modo de señuelo, ha colocado para que luzca tanto de día como de noche en uno de los edificios de oficinas más altos de la ciudad. Mi curiosidad por saber cual podía ser el propósito de aquella luz me llevó a imaginarme mil y una coartadas con las que justificar ese particular enclave para aquel foco que tanto llamaba mi atención.

Hoy, por fin, me he enterado del por qué de su existencia.

Por lo visto, esa luz verde señala el lugar en el cual se encuentra el sagrario que alberga la capilla más alta de nuestro país y una de las más altas del mundo. Como mi imaginación no tiene límites, cualquiera que fuera la solución a mi enigma, seguro me habría decepcionado. Y es que, a veces, merece la pena vivir de una ilusión.

Parecida decepción me llevé al final de la proyección de la película de la directora americana Lisa Cholodenco, más si cabe
después de haber mantenido a base de grandes méritos un ritmo trepidante a lo largo de toda su película. No empaña ese final, sin embargo, un más que meritorio trabajo argumental y, aunque para muchos esa consecución será todo un acierto, a mi me dejó un pobre sabor final.

La película, galardonada con el premio Teddy en el pasado festival de cine de Belín como la mejor película, cuenta de una manera irreverente y desenfadada la relación que tienen dos madres lesbianas con sus dos soliviantados hijos adolescentes y los problemas que la nada trivial convivencia conlleva, sobre todo a partir del momento en el que el donante de esperma con el que se quedó embarazada una de las madres aparece en sus vidas.

Es por momentos apasionante la clarividencia con la que la directora plasma los sentimientos que cada uno de los personajes padece, los acontecimientos que provocan a veces el distanciamiento para castigar la endeble complicidad y la concordia. Son personas que odian, aman, desean y dudan. Y lo hacen constantemente.

Me parece meritorio el hecho de convertir una producción que encajaría a la perfección en la silueta de cualquier producción al más puro estilo americano en una propuesta de cine indie sin que nadie sospeche esa (mal)intencionalidad, ese vital descaro. Por eso esta (también) divertida afrenta es merecedora de nuestro reconocimiento.

 

Premios:

Globos de oro (mejor película, mejor actriz)
Festival de Berlín Premio "Teddy" (mejor película)
Círculo de críticos de Nueva York (mejor guión, actriz y actor secundario) 

 

Página web oficial:

http://www.loschicosestanbien.es/ 

 

(mejor en V.O.)