Dir. Gorka Merchán

Se vislumbra un futuro prometedor para el director Gorka Merchán si continúa tras la senda marcada por este su primer film. Y es que, a galope entre el sentir de quien se siente marcado y el de quien marca empuñando un arma amenazante, transcurre su película con mesura inteligente.


No tienen en ella cabida voces partidistas ni queda en el olvido causa alguna, más bien todo lo contrario.

El conflicto vasco sobre la mesa y el pistoletazo de salida para el debate de ideas, en el aire. Es cierto que los primores generales no se sentirán incómodos con el devenir de la película, pero no todo el pescado está vendido cuando el mejor Carmelo Gómez entra en escena. Interpreta a un empresario vasco exiliado en el extranjero que, excusado en motivos familiares, regresa al lugar del que nunca quiso partir. Con él, su esposa en la ficción, Emma Suárez y su hija, la (ahora si) inconmensurable Verónica Echegui. Allí les esperan, no sin cierto recelo, el miedo al pasado y la esperanza en un futuro incierto.


Esta es la segunda incursión del actor Carmelo Gómez en el universo abertxale en métrica (después de la sublime Días Contados) y nuevamente puede decirse que no sale nada mal parado.

En la balanza de lo que no agradó, destacar que no están subtitulados pequeños fragmentos de la película en la que los actores se expresan en euskera, algo que para el espectador que desconoce la lengua natal de Unamuno, no gusta, aunque sean sólo pinceladas.


En fin, una cinta esta que no hace otra cosa que invitar a la introspección no sólo a quienes sufren los coletazos del conflicto en sus propias carnes día tras día, sino a quienes desde la distancia, somos cómplices del sufrimiento de unos y de otros.

 

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