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Dir. Lynn Shelton

 

Abrimos de par en par el alma a quien nos premia con su sonrisa, a quien inunda de valentía el transcurrir de nuestros días, a quien cobija la ilusión de rescatarnos con un beso, a quien mantiene su mirada no a la sombra de su propio atrevimiento sino al abrigo de la nuestra, a quien nos hace sentir vivos. Y es que existimos porque alguien piensa en nosotros, no al revés.

 

Hacía mucho tiempo que no salía del cine tan reconfortado, tan feliz de haberme reencontrado conmigo mismo, de haber acariciado una caricia, de haber consolado al desconsuelo, de haber capturado algo fugaz, de haber sido cautivado sin cautela..

 

Y es que la película de Lynn Shelton es una película redonda, que sin demasiadas pretensiones seduce con el encanto de un guiño rescatado del cortejo o la sutil comisura de unos labios impíos. Porque es ante todo una historia reconocible y cercana, que hace del espectador partícipe del embuste y lo obliga a tomar partido, a ser juez y parte, a sonreír y a reír, a darse cuenta de la paradoja que es vivir.

 

Cuenta la película la historia de Jack, un joven que para tratar de superar la muerte de su hermano un año atrás, decide aceptar el ofrecimiento de su mejor amiga Iris e irse a pasar unos días a la cabaña que los padres de ella tienen cerquita de un lago. Allí se encuentra con la hermana de Iris, Hannah, quien también buscaba ese ansiado retiro para reencontrarse consigo misma. Lo que después ocurre nada tiene que ver con lo que el espectador espera que suceda y es por eso por lo que en nuestras butacas somos desde ese momento tan permeables a la historia que se cuenta.

 

Y es que, tras los títulos de crédito, la sensación que te inunda es la de haber sido partícipe de algo entrañable, de una historia personal que trasciende de sus tres protagonistas a todo el que los observa, a los que empatizan con ellos porque es imposible no hacerlo. Y todo ocurre así porque los actores se han creído el papel, porque han dejado al lado el método para por unos días ser Jack, Iris y Hannah. Porque lo hacen bien y no es difícil creer sus lamentos ni tampoco soñar con ellos. Porque es una obra de personajes que interpretan a personas.

 

Por todo, “El amigo de mi hermana” (cuyo título original viene a ser algo así como  “la hermana de tu hermana”) es una más que grata sorpresa en esta resaca veraniega.


Y lo celebramos, vaya si lo hacemos.

Página web oficial:

http://www.avalon.me/distribucion/catalogo/sister

P.D. Siempre mejor en V.O.S